Tiendo a ser una persona bastante “en control” de sus emociones. De pensamientos fríos y desapegados soy muy bueno para analizar las situaciones. Algo he de estar haciendo bien. La gente suele pedirme consejo cuando las cosas les van mal.
Es difícil que las cosas me afecten. Me han etiquetado como una persona muy centrada y en verdad es algo que me gusta. Me molesta cuando las emociones nublan mi juicio, evidentemente las emociones negativas como odio o miedo encabezan la primera fila pero también emociones como el amor, cuando no nos permite ver cosas como defectos graves de otras personas tiende a ser bastante molesto.
Tratando de aplicar la vieja filosofía de “conócete a ti mismo” he ubicado que mi forma de ser tiene un enorme defecto: cuando las emociones me ganan… no se andan con rodeos, en verdad me ganan. Es como si los cabrones sentimientos se vengaran de mí porque casi siempre estoy en control de ellos. Ejemplo:
La semana pasada fue la última que la primera amistad que tuve en este trabajo estuvo en la oficina. Por razones personales y de crecimiento decidió que ya era tiempo de probar suerte en otros lados. La muy cabrona se está dando el lujo de decidir entre tomar un empleo que ya le ofrecieron con mejor salario y mejores prestaciones o darse unas merecidas vacaciones y ya después buscar un empleo. En verdad me da mucho gusto por ella. Se lo merece y deseo de todo corazón que tenga mucho éxito sea lo que sea que decida. Al mismo tiempo no puedo evitar sentirme aprehensivo y con cierto grado de tristeza. Creo que más de lo que estoy dispuesto a admitir bajo mi esquema de “tipo en control de sus emociones”.
Me he sentido hasta fatalista con respecto a la amistad, no puedo quitarme esta impresión de que hasta aquí llegó. Cuando trato de convencerme a mi mismo con los argumento que le daría a alguien más “No van a dejar de ser amigos” “Calma, lo único que va a pasar es que ahora se van a tener que poner de acuerdo para verse” “Si en verdad se dejan de hablar en realidad no eran amigos” etc. pues la verdad no me tranquilizo mucho. Tal vez sea mi manera de lidiar con esto porque siendo honesto conmigo mismo la verdad es que voy a extrañar mucho (pero mucho) a esta persona.
A lo mejor estoy exagerando, pero si creo que esta semana va a estar triste. Y el gusto que tenía por asistir a la oficina nunca será el mismo. Le agradezco sobremanera la compañía, la confianza, las horas que pasamos platicando cualquier estupidez, que me soportara cuando estaba de chingativo, de odioso, de sarcástico (y a veces todas las anteriores al mismo tiempo) y todos aquellos momentos que te hacen ver que alguien en verdad siente aprecio por ti.
Independientemente de lo que pase y así la amistad muera con el tiempo, siempre me quedará el recuerdo de una personita que ofreció amistad a un nuevo que no conocía a nadie, que antes de pedir confianza la ofreció, que optó por no usar mascaras y ser ella misma. Que me permitió conocerla con sus miedos, inseguridades, enojos, sueños y aspiraciones… y que no sabe que está entre las pocas personas que en verdad me pueden sacar de mis casillas. (Prueba fehaciente de que tiene importancia para mi)
Solo el tiempo me dirá que fue de todo esto. Por ahora tengo ganas de tristear un rato.
Sin rayar en lo antisocial, siempre he sabido que soy una persona que no goza de tener una enorme cantidad de amigos. Ni soy popular ni el alma de las fiestas. Con toda la hueva que les genere a algunas personas yo gusto de una plática tranquila, de un buen café. No soy de esas personas que te harán reír por horas por chistoso, de hecho soy de esas personas que si no tienen algo bueno que decir mejor no dicen nada (O al menos así yo me percibo, y varios dicen que soy bastante callado), me es muy difícil hablar sobre “cualquier cosa”. He recibido comentarios “como que no queriendo la cosa” de amistades que afirman que yo ya les se todos sus secretos y anécdotas y fuera de algunos detalles ellos no saben mucho de mí y que nunca les cuento nada. Muy en el fondo y siendo honesto conmigo mismo lo mío es escuchar y observar, es curioso lo abiertas que pueden llegar a ser las personas si uno no habla de si mismo. No creo ser un amargado, simplemente no soy un escandaloso ni me gusta ser el centro de atención. No tengo novia y tengo pocos amigos aunque los pocos que tengo en verdad los valoro.
En realidad no me molesta voltear y darme cuenta de que no tengo a nadie a mi lado, no le temo a la soledad. Evidentemente como (espero) a cualquier otro de repente si me da esa opresión en el pecho y ese decir “Chale, no hay quien me apapache”. Esto es muy raro en realidad. De hecho casi nunca me preocupa, salvo esas contadas ocasiones que nunca faltan. Ejemplo:
El sábado va a ser el cumpleaños de una compañera de la oficina y nos invitó a una comida en su casa. Hasta ahí todo bien, yo pensando en rica comida y plática agradable.
Y hoy, platicando con una amiga de la oficina:
Silvia: Oye ¿A quién vas a llevar a la fiesta de Lore?
Jorge: MMhhh… pues a nadie. (Cara de Nopal, jajaja, no pude evitarlo) ¿A poco hay que llevar a alguien? (Obviooooooooooooo)
Silvia: Pues no
En ese momento paso checklist de los invitados… todos tienen pareja (novio o novia), excepto Silvia y yo, así que la pregunta era obligatoria
Jorge: ¿Tú vas a llevar a alguien?
Silvia: Ah si, ¿Te acuerdas de Hugo? Pues resulta que blah blah blah…
¿Resultado? Ya no quiero ir. Pues evidentemente en esas fiestas donde todos tienen pareja yo no encajo a no ser que le diga a alguna amiga que me acompañe y como mi maldito cerebro no recordó que TODAS las reuniones de la oficina son de ese estilo pues ya valió. Las pocas amigas que tengo, evidentemente ya tienen ocupado su sábado y no está chido llevar a un compa, no es como si la reunioncita sea para echar desmadre. Tengo 2 opciones, voy y estoy de jetón toda la reunión por allá sentado en un rincón ó no voy y me tendré que refinar una semana completa de reclamos por no haber asistido bajo el argumento “Tú ya habías quedado, te avisaron desde hace un buen.”
Me lleva la chifusca, es en estas situaciones donde digo “A mí precisamente me tenía que tocar ser yo”
Saludos!!
Por recomendación de Yair empecé a ver Dr. House, fue algo fácil, le prestaron los discos y luego fascinado (y con permiso del dueño) me los prestó a mí. Una serie gringa que narra la vida de un doctor que resuelve casos al más puro estilo de Sherlock Holmes. El personaje es único en su clase, de esos individuos enojados y frustrados que no tienen pelos en la lengua para decirte tus verdades. Analítico en extremo, puede ver a través de las fachadas de las personas y verlas como en realidad son… cuando en realidad se interesa en conocer a alguien, ya que tiene un absoluto desinterés en conocer a las personas (hasta sus pacientes) salvo que sea absolutamente necesario y es que en realidad lo considera innecesario por que de todos modos las personas tienden a ocultar lo importante.
Esa manera de ver las cosas queda resumida en su siguiente afirmación: “Todos mienten, la pregunta es: ¿Sobre qué?”
La primera vez que escuché la afirmación del buen doctor se me hizo una de esas frases imaginativas que utilizan los escritores para darle fuerza al personaje y no le dí mayor importancia.
Tiempo después, en la feria de remate de libros que se llevó a cabo en el auditorio nacional vi pasar a un individuo con un libro en sus manos “Todos mienten: la filosofía de Dr. House” cosa que en realidad me llamó la atención. Alguien había dedicado un libro entero a ahondar en esa filosofía. Fue cuando le empecé a dedicar algo de tiempo a esa manera de ver a la gente.
Las ideas empezaron a brotar solitas:
• Cuando vas a mentir, tomas la decisión conciente de que vas a mentir.
• Existen mentiras grandes y mentiras chicas.
• Las mentiras blancas o piadosas no dejan de ser mentiras.
• Para mantener una mentira necesitas más mentiras.
• Si le cachas a alguien una mentira es probable que nunca vuelvas a confiar en esa persona.
• No se que es peor, una verdad a medias o una mentira (Aunque creo que la respuesta es: depende)
• Prefiero que me digan la verdad por muy dolorosa que esta sea a que me anden queriendo proteger con mentiras.
• Y la más importante: No lo tengo por seguro, pero si creo que todo el mundo miente por una cosa o por otra.
Al final, y cuando se trata de nuestros seres queridos, a veces no queda más que arriesgarnos a que esa confianza se vea traicionada. No existe una manera de estar 100% seguro de que nunca nos van a mentir, ni siquiera de que no nos hayan mentido ya. Se deberá decidir con criterio personal a quien otorgar la confianza y esperar lo mejor, las alternativas, no confiar en nadie ó confiar en todos a mi gusto no funcionan.
Después de todo, hasta el Dr. House tiene un (y solo uno) amigo en el cual confía.
Una idea demasiado vaga y difusa como para profundizar demasiado en ella:
A veces la vida da demasiadas vueltas. No es que pretenda decir que tengo resuelto el enigma de la vida, al contrario ya estoy más que acostumbrado a no tener mucha idea del por qué de las cosas. Pero una cosa es ya estar familiarizado con ese sentimiento y más o menos sobrellevar mi existencia y otra muuuuy diferente tener esa impresión de que estás en medio de un remolino y no tienes ni puta idea de para donde hacerte.
Odio ese sentimiento, si de por sí el ser humano es vulnerable a todo en esta vida... luego llegan a arrebatar la poca estabilidad que uno tiene.
Hay veces que si me pidieran que me definiera en una palabra sería la siguiente: observador. Y bueno, a veces en verdad es que no tengo nada que contar pero luego lo que sucede a mi alrededor vale la pena se observado.
Por ejemplo: Ultimadamente me ha dado por observar a mis varias amistades que están en ese ya viejo y milenario baile de: ahora ando con el (ella) ahora ya no, nos estamos reencontrando, que siempre no, que siempre si, que ya ni saben y bueno… todo ese abanico de posibilidades que se da cuando uno anda buscando entablar una relación con alguien más.
Ya saben, el típico, es que me gusta, bueno ya nos hablamos, y ahora es un amor, y ahora ya no marca, y ahora estamos contentos, luego ya no tanto, y luego hay amor, luego hay odio, luego orgullo, luego ego, después humildad, le sigue el sacrificio, por ahí anda bailando la confianza, siempre las molestias esos detalles que a veces cumplen y otra veces no y todo lo demás.
Aplicando la oh todo poderosa Ley de Murphy, hay demasiadas cosas que pueden malir sal… perdón salir mal. Y bueno, las consecuencias para el peor de los casos el corazón roto, el amor no correspondido y esas otras innombrables.
Y sin embargo, cada quien llevando su propio paso, después de un tiempo nos levantamos. La mayoría de nosotros dolemos esos fracasos, cada quien a su manera, como mejor le sabe. Por ahí hay algunos que nunca lo superan, pero normalmente el tiempo cura todas las heridas, para después volverlo a intentar. Con la misma o con otra persona eso es a gusto de los involucrados.
Sea con quien sea nos volvemos a arriesgar, a que nos lastimen, a que nos decepcionen, a que nos vean la cara, pero ahí andamos.
¿Y por que? Cada quien tiene su propia respuesta para eso, personalmente pienso que lo volvemos a intentar y nos volvemos a arriesgar porque muy en el fondo tenemos la esperanza de que esta vez las cosas salgan bien. Que esta vez se pueda compartir, confiar, reír, amar etc. Para que en un futuro cuando se reflexione sobre el camino recorrido uno tenga la satisfacción de decirse a si mismo “Valió la pena”
Saludos!!!
P.D. Estoy más que seguro que muchos no estarán de acuerdo con mi forma de ver estas cosas… está bien, solo es mi personal opinión basada en mi propia experiencia.
Razones por las que normalmente dejo de hacer las cosas:
Por desidioso (desidia = negligencia ó inercia según la RAE), normalmente lo dice mi padre.
Por huevón, normalmente lo dice mi abuelo.
Por distraído según mi santa madre y mi mejor amiga.
Porque me vale madres me alega mi hermano.
Porque tengo una capacidad de atención y una disciplina muy muy muy muy muy limitadas, según yo.
Ya si nos ponemos analistas el veredicto es que soy un muy distraído huevón desidioso valemadrista sin disciplina que le pone poca atención a las cosas. ¿Y saben qué? Tienen razón.
Desde que se inventaron las excusas se acabaron los pendejos, o por lo menos eso dice el saber popular. Así que me abstendré de andar escribiendo la primera excusa que se me ocurra del porque desaparecí del mundo virtual… bueno, estrictamente hablando no desaparecí, he tratado aunque también me ha fallado de ser un escritor responsable en el oh todo poderoso HD-B.
Y bueno, esperemos que a medio año de haber escrito el post anterior las cosas mejoren por estos lares y pueda seguir aburriéndolos con los rollos existenciales que cargo o mínimo que conozcan un poco más de este cuate al que honraron con sus lecturas y coments.
Quiero darle las gracias a todos aquellos que con todo y todo, de vez en cuando se preguntaban que onda conmigo y porque ya no escribía. Nos estaremos leyendo muy pronto.
Saludos!!
En realidad nunca he sido una persona que celebre el año nuevo. Fuera de que me parece una buena excusa para que se junte la familia y que la cena y los regalos y los abrazos y blah blah blah blah no me da por darle mucha importancia al hecho de haberle dado una vuelta más al sol (como nota adicional tampoco celebro mi cumpleaños, he descubierto que los demás lo celebran por mí). Pero como siempre pasa en esta vida nunca falta aquel hecho o persona que nos hacen cuestionar hasta nuestras ideologías más básicas.
El año que se acaba de terminar, el 2008, fue (para mí) sin lugar a duda uno de los años más difíciles que me hayan tocado vivir. No fue tanto de que alguien se haya muerto o de que me hayan corrido del trabajo (más bien yo me salí). Pero se presentaron una y otra vez situaciones y personas que lograron que como vil adolescente me anduviera haciendo preguntas del tipo ¿Quién soy? ¿Para donde voy? ¿Es esto lo que quiero? Y otras más que francamente acaban siendo desgastantes para el que las hace e irritantes para todos los demás.
Y es que desde que recibí al 2008 no lo hice con mi apatía habitual sino con pesar en cuerpo y alma cortesía principalmente de mis propios errores aunque una mujer y un empleo sumamente estresante merecen su reconocimiento. De ahí para adelante dediqué la primera mitad del año a cometer todavía más errores (misma mujer diferente trabajo) y el resto del año solo lo dediqué a sobrevivir.
Ahora que recibí al 2009 no pude evitar pensar todo lo acontecido en el ya infame para mi 2008 y al observar al cuate que me devuelve la mirada en el espejo frases del estilo “Más se aprende de los errores que de los aciertos” o “Un poco más sabio y un poco menos ingenuo” jamás tuvieron tanto sentido.
Hay una idea que prevalece en mi mente: “Aun me falta mucho“
Me falta mucho por aprender, por entender ¿Y por qué no? Me falta mucho por vivir también.
Todo esto en realidad no cambia mucho la realidad de mi vida en estos momentos y más bien es solo una forma de ver y asimilar las cosas que me han tocado vivir y la incertidumbre de las que me faltan por vivir. Como dice un buen amigo “No vivo más feliz pero si más tranquilo”. No observo este año que inicia con la esperanza o alegría con la que debería (según algunos anuncios) y no hice propósitos de año nuevo. Dejé de preocuparme por lo que ocurrirá en el futuro y empecé a tomar las cosas “como vienen” cosa que probablemente me deje cometiendo otra clase de errores: “poca planificación” es el que más retumba en mi mente. Simplemente, como comenté en otro post, solo deseo que no me vaya peor.
En fin, una disculpa por haberme desaparecido todo este tiempo, espero ya poder postear más seguido, reciban un afectuoso saludo de mi parte ah si y Feliz año nuevo.
El archivero
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