En realidad nunca he sido una persona que celebre el año nuevo. Fuera de que me parece una buena excusa para que se junte la familia y que la cena y los regalos y los abrazos y blah blah blah blah no me da por darle mucha importancia al hecho de haberle dado una vuelta más al sol (como nota adicional tampoco celebro mi cumpleaños, he descubierto que los demás lo celebran por mí). Pero como siempre pasa en esta vida nunca falta aquel hecho o persona que nos hacen cuestionar hasta nuestras ideologías más básicas.
El año que se acaba de terminar, el 2008, fue (para mí) sin lugar a duda uno de los años más difíciles que me hayan tocado vivir. No fue tanto de que alguien se haya muerto o de que me hayan corrido del trabajo (más bien yo me salí). Pero se presentaron una y otra vez situaciones y personas que lograron que como vil adolescente me anduviera haciendo preguntas del tipo ¿Quién soy? ¿Para donde voy? ¿Es esto lo que quiero? Y otras más que francamente acaban siendo desgastantes para el que las hace e irritantes para todos los demás.
Y es que desde que recibí al 2008 no lo hice con mi apatía habitual sino con pesar en cuerpo y alma cortesía principalmente de mis propios errores aunque una mujer y un empleo sumamente estresante merecen su reconocimiento. De ahí para adelante dediqué la primera mitad del año a cometer todavía más errores (misma mujer diferente trabajo) y el resto del año solo lo dediqué a sobrevivir.
Ahora que recibí al 2009 no pude evitar pensar todo lo acontecido en el ya infame para mi 2008 y al observar al cuate que me devuelve la mirada en el espejo frases del estilo “Más se aprende de los errores que de los aciertos” o “Un poco más sabio y un poco menos ingenuo” jamás tuvieron tanto sentido.
Hay una idea que prevalece en mi mente: “Aun me falta mucho“
Me falta mucho por aprender, por entender ¿Y por qué no? Me falta mucho por vivir también.
Todo esto en realidad no cambia mucho la realidad de mi vida en estos momentos y más bien es solo una forma de ver y asimilar las cosas que me han tocado vivir y la incertidumbre de las que me faltan por vivir. Como dice un buen amigo “No vivo más feliz pero si más tranquilo”. No observo este año que inicia con la esperanza o alegría con la que debería (según algunos anuncios) y no hice propósitos de año nuevo. Dejé de preocuparme por lo que ocurrirá en el futuro y empecé a tomar las cosas “como vienen” cosa que probablemente me deje cometiendo otra clase de errores: “poca planificación” es el que más retumba en mi mente. Simplemente, como comenté en otro post, solo deseo que no me vaya peor.
En fin, una disculpa por haberme desaparecido todo este tiempo, espero ya poder postear más seguido, reciban un afectuoso saludo de mi parte ah si y Feliz año nuevo.
Equilibrio
Hace 1 mes